martes, 1 de septiembre de 2015

Rozando el cielo de Chile

El mirador Sky Costanera, en las plantas 61 y 62 de la Gran torre.

El Sky Costanera, el mirador más alto de Sudamérica, de 300 metros, ofrece una vista de 360 grados de Santiago y una panorámica de Los Andes

ROCÍO MONTES Santiago de Chile 1 SEP 2015 - 00:30 CEST


Ni siquiera desde la altura de un avión se tiene la vista de Santiago de Chile que ofrece Sky Costanera, el mirador inaugurado el pasado 11 de agosto en la capital chilena que presume de ser el más alto de Sudamérica. Con 300 metros de altura y ubicado en las plantas 61 y 62 de la Gran Torre, un edificio de oficinas que aparece en casi todas las postales, el observador permite una visión en 360 grados de la capital chilena. El río Mapocho, los cerros, los cientos de rascacielos y, hacia el oriente, la omnipotente imagen de la cordillera de Los Andes. Resulta impresionante observarla, incluso para quienes nacieron en Santiago y han vivido toda su vida en esta urbe de 6,8 millones de habitantes que concentra el 44% de la población del país.

A mediodía de un jueves de invierno, Santiago luce despejado con la cordillera bastante nevada. Como siempre, sobre todo en esta época del año, una densa capa de contaminación parece aplastar la ciudad. “Increíble darse cuenta de lo que respiramos todos los días”, comenta una santiaguina a su acompañante. Chilenos y extranjeros caminan por la planta 61 y se acercan a las paredes de vidrio con los móviles en la mano. Retratos y selfies hacia todas las vistas que ofrece el Sky Costanera, pero, sobre todo, en dirección a Los Andes y sus centros de esquí que por esta época se llenan de turistas, sobre todo de brasileños. “Es mi primera vez en Chile y resulta perfecto observar Santiago desde este lugar”, dice Bruna Aguiar, una veinteañera de São Paulo que viene bajando del Valle Nevado.

El complejo está formado por cuatro edificios y un centro comercial que se inauguró en 2012

Hasta el mirador se llega en dos ascensores que recorren siete metros por segundo y que, por fortuna de quienes sufren vértigo, no tienen vista al exterior. Pueden subir simultáneamente unas 45 personas y, una vez arriba, el Sky Costanera tiene capacidad para recibir hasta a 350. La planta 61 es un espacio cerrado, donde se concentra la mayor cantidad de visitantes. En solo unos 150 pasos en círculo se puede observar Santiago en todas sus direcciones y, gracias a unos paneles informativos, identificar una buena parte de los símbolos de la ciudad. A la planta 62 se llega por una escalera mecánica y está a cielo abierto. “Probablemente es el lugar donde se respira el mejor aire de Santiago”, dice uno de los anfitriones que explica la historia de la torre.

El arquitecto del edificio, que se ha convertido en un icono de la capital chilena, es el argentino César Pelli, quien afirma que “la proximidad de la cordillera de los Andes convierten este entorno en un lugar único e ideal para el emplazamiento de un edificio de tal significado y magnitud”. El complejo está formado por cuatro edificios y un centro comercial que se inauguró en 2012. La construcción es de propiedad de Cencosud, un grupo chileno liderado por el empresario de origen alemán Horts Paulmann.

Una plaza ciudadana

Las obras arrancaron en 2006 y, desde entonces, la construcción delCostanera Center ha peligrado por los vaivenes que sufría el país. En 2009, como consecuencia de la crisis económica, la obra se paralizó casi un año. En 2010, cuando los 33 mineros fueron rescatados, los encargados colgaron una inmensa bandera chilena. El proyecto siempre ha generado polémica: por sus dimensiones, la congestión que ha provocado en un barrio con escasa infraestructura vial y el aumento de la delincuencia en la zona. No han sido razones suficientes, sin embargo, para que los santiaguinos dejen de visitarlo como si se tratara de su plaza ciudadana.

No es tan alto como el Centro Financiero de Shanghái, de 470 metros, ni como las Torres Petronas de Kuala Lumpur, en Malasia, de 450. El Empire State de Nueva York y la Torre Eiffel de París también le superan, con 370 y 320 metros, respectivamente. Pero el Sky Costanera chileno alcanza el récord de ser el mirador más alto de la región, desplazando al Trump Ocean Club de Ciudad de Panamá, que se queda en el segundo lugar con 284 metros. El precio, que también ha recibido algunas críticas, oscila entre los siete y los 12 dólares para adultos.

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